Cuando el dolor se transforma en acogida y donación
Carlos Abia y Cristina Merino, es un matrimonio, padres de 8 hijos. Su octavo hijo, Pedro, nació con graves problemas de salud y discapacidad, lo que le hizo permanecer largas temporadas en el hospital. Su esperanza de vida era muy corta y cada día para ellos era un regalo... El bebé murió a los 5 años, pero su vivencia les ha llevado a descubrir una nueva vocación familiar, acoger a niños con enfermedades graves y terminales, pues "el amor, sana" y tienen la experiencia de cómo, estos niños, aun en medio de su gravedad, sienten el amor.